Leche condensada: 28 deliciosos usos

La leche condensada es parte de mi vida. Gracias Nestlé La Lechera por invitarme a ser parte de #LaLecheraChallenge en Los Angeles.

Leche condensada - SAVOIR FAIRE by enrilemoine

La semana pasada me di una escapada de 48 horas a Los Ángeles. Me invitó la gente de La Lechera, la leche condensada de Nestlé. Fue parte de una experiencia divertidísima: #LaLecheraChallenge, un reto en el que participamos 12 blogueras. 

Nos agruparon en cuatro grupos de tres, nos entregaron una caja con cinco ingredientes sorpresa y nos dieron dos horas para crear un postre usando leche condensada y dulce de leche La Lechera.

Mientras volaba de costa a costa, hice el ejercicio de recordar los usos más comunes que le he dado a la leche condensada a lo largo de mi vida y ahora comparto contigo mi lista, que voy actualizando periódicamente segun voy recordando y cocinando:

  • Arroz con leche. En lugar de azúcar, se prepara con leche condensada ¿existe algo mejor?
  • Batidas. Las batidas son una bebida alcohólica (se preparan con cachaca) súper popular en Brasil. Cuando las descubrí, fue amor a primera vista y en lugar de cachaca las hago con Ron de Venezuela. Aquí puedes ver mi receta de batida de frambuesa, de mango y de fresa.
  • Café Bombón. Cuando descubrí los placeres del café, servía unos vasitos con leche condensada en el fondo y arriba les ponía el café. Por la diferencia en la densidad de ambos líquidos, la leche condensada quedaba en el fondo y el café arriba. El efecto me encantaba. Una vez que lo revuelves, no hay que ponerle ni leche ni azúcar al café. Mira la receta aquí.
  • Cheesecake de mojito. Cheesecake y mojito ¿puede haber algo mejor? Pues claro, mi tarta de queso de mojito ¡sin hornear!
  • Chicha. La chicha de arroz es una bebida tradicional venezolana. Mi mamá me llevaba a la Plaza San Jacinto en el Centro de Caracas donde se apostaba un chichero. Ya grande, nadie como el chichero de la plaza de El Rectorado en mi querida Universidad Central de Venezuela. Por supuesto la chicha siempre era más rica con su chorrito de leche condensada en el tope, sobre los hielitos.
  • Con frutas. No hay mejor postre que una banana fresca con leche condensada. ¿Y qué me dices de unas fresas? De niña era una de mis meriendas favoritas.
  • Con gelatina. Extrañamente en mi familia, mis tías Nancy, Teresa y Marisela, que eran quienes controlaban el “negocio” de los postres en la casa de mi abuela Ligia, nunca hicieron gelatina con leche condensada, pero a mí me encantaba, especialmente cuando iba a un cumpleaños y la preparaban en capas y luego la cortaban en cubitos. Creo que voy a tener que hacérsela a mis hijos antes de que terminen de crecer.
  • Con raspado (cepillado o snow ball). En Venezuela era costumbre comer raspado (hielo granizado) con algún jarabe dulce (mis favoritos eran el de cola roja y el de tamarindo). El chorrito de leche condensada encima era “la cereza del pastel”.
  • Con pan. Otra de mis meriendas favoritas consistía untar una rebanada de pan de sándwich blanco con leche condensada.
  • Coquito. Imprescindible en la Navidad boricua, desde que llegué a vivir a Miami el coquito forma parte de mis tradiciones decembrinas y sin leche condensada, no sería lo mismo. Aquí, tengo hasta una receta de coquito sin huevo, pero nunca sin leche condensada.
  • Directo de la lata. Sí, lo se, suena raro, pero esta era una de mis meriendas favoritas. Empecé succionando las latitas chiquitas. Pero ya cuando estaba en la universidad, me tomaba de a poquitos una lata grande. Todavía hago esas locuras. Y con más frecuencia de la que te imaginas. No se te ocurra seguir el ejemplo: piensa que son 1.500 calorías por lata.
  • Delicia de parchita. Un postre helado delicioso que se hace con maracuya.
  • Espuma de lima. Una receta tan fácil como deliciosa, que heredé de mi amiga Luisita Chesneau.
  • Flanes y quesillos. No me imagino ni a mi abuela Ligia, ni a mis tías Nancy, Teresa y Marisela, haciendo un quesillo (flan) sin  leche condensada.
  • Helado de mora. Una delicia y no necesitas máquina de hacer helado.
  • Horchata. Prima de la chicha venezolana, es una bebida deliciosa y también queda más sabrosa con nuestro ingrediente favorito.
  • Key Lime Pie. Uno de mis postres favoritos no sería posible sin leche condensada.
  • En merengadas. Mi favorita era la de banana. “Camburada” (porque se preparaba con  cambur), la llamábamos. Se hace con bananas, leche, azúcar y hielo. Pero, si en lugar de leche y azúcar, le pones leche condensada, es más rica todavía.
  • Marquesa de chocolate. Un postre venezolano facilísimo de hacer con galletas María, chocolate y leche condensada. No hay que cocinarla, sino congelarla y por lo mismo creo que es uno de los primeros postres que uno aprende hacer.
  • Morir soñando. Esta es una bebida típica de la República Dominicana que se prepara licuando leche con jugo de naranja y azúcar, con hielo. Mi mamá nos la hacía a mis hermanos y a mí cuando éramos pequeños. Si la preparas con leche condensada, queda más rica.
  • Mousses. De fresa primero, de frambuesa después ¿por qué será que me provoca todo?
  • Papitas de leche. Son una trufas de leche deliciosas, típicas de Los Andes venezolanos, omnipresentes en las mesas de dulces de bautizos, cumpleaños, comuniones y bodas.
  • Pay de calabaza. El clásico pumpkin pie con un custard súper cremoso y no muy dulce, gracias a la leche condensada.
  • Ponche crema. No se qué sería del tradicional ponche crema si no existiera la leche condensada.
  • Ponche crema de calabaza. Un ponche delicioso como el ponche crema mismo, que además lleva puré de calabaza y especias.
  • Rompope. El equivalente mexicano del ponche crema venezolano y el coquito puertorriqueño, el rompope no sería rompope sin leche condensada.
  • Tres leches. No me imagino el dulce tres leches de mi tía Nancy sin este ingrediente.
  • Trufas de chocolate.
Enri

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