Oda al tomate, a pesar de Neruda

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Confieso que desde que empecé a sembrar y cosechar mis propios tomates me he transformado en una verdadera snob del tomate. Hace poco, mi amiga y colega Orquídea Sánchez-Azorín me envió la Oda al tomate. Se trata de una oda del poeta chileno Pablo Neruda, que es la que más abajo comparto como tributo a esa fruta (que no a Neruda) que tanto que me gusta y que es ingrediente principal de mi cocina.

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Neruda, el poeta del amor

Confieso que tuve mis dudas sobre si hablar de Neruda aquí. Fue un poeta al que crecí admirando. Era latinoamericano. Lo estudié como se estudia a los escritores latinoamericanos en nuestros países. En mis tiempos de estudiante universitaria, me leí sus Veinte poemas de amor y una canción desesperada y su Antología Poética. Neruda escribió versos imposibles de olvidar como aquellos que comenzaban: “Me gusta cuando callas porque estás como ausente»… Pero…

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Neruda, el poeta comunista

Siempre hay un pero. Neruda era comunista. Y no un comunista «romántico» como nos lo presenta Il Postino, la película de Michael Radford. Eso el ago que saben hacer muy bien los comunistas: romantizar el horror, el abuso, la opresión y lo peor en que la gente les compra la infamia, sobre todos los míseros, los desvalidos, los necesitados de esperanza. Neruda fue un comunista que en su momento apoyó a Stalin y el estalinismo. Nada más y nada menos.

Después de ver la desgracia en la que está sumida Venezuela, el país donde nací y me crié, gracias al régimen Castro-comunista que lidera Hugo Chávez, pues no quiero tener nada que ver con la izquierda. Y menos con la trasnochada izquierda Latinoamericana… Que hay izquierdas de izquierdas, y a nosotros nos tocó la peor.

Neruda, el poeta de lo cotidiano

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Pero me dije, no se trata de cancelar a nadie. De lo que se trata este post es de compartir un canto, un poema hermoso, como el que se escribe a algo que se ama, una oda a algo tan simple como el tomate. Así que dejé la ideología aparte y valoré el hecho cierto de que Neruda fue un gran poeta.

Junto con la Oda al tomate, Orquídea también me hizo llegar un artículo publicado en la revista Cauce en 1978. En este artículo, sus  autoras: Marina Alonso, Rosario Mora, María José García, María José Lucas y Ana María Velasco, relatan que Neruda empezó a escribir sus odas, gracias a la proposición que le hiciera el escritor venezolano Miguel Otero Silva.  

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Por entonces, Otero Silva era el director del diario El Nacional, y le pidió a Neruda una colaboración semanal de poesía. Neruda aceptó la oferta con la condición de que en lugar de ser publicadas en el suplemento literario, sus odas se publicaran en las páginas dedicadas a la crónica. Y así fue.

La Oda al tomate, forma parte de un conjunto: las Odas Esenciales escritas por Neruda cuando ya era un poeta maduro, en los años 50. En ellas retrata su visión del mundo, tomando como punto de partida las cosas más sencillas: le canta a los oficios, a las gentes, a las flores, a los frutos y entre ellos, al tomate.

Comunismo, el cianuro de la libertad de expresión

Me conecté inmediatamente con esa historia entre otras cosas porque el tuve el privilegio de trabajar en El Nacional, que desde su fundación y por ese entonces era uno de los tres periódicos más influyentes de mi país de origen. Primero fui su corresponsal en Nueva York entre 1994 y 1995, y luego fui su jefa de Información Económica y Financiera entre 1997 y 2000. 

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Y aunque no conocí a Miguel Otero Silva, sí trabajé cuatro años directamente con su hijo, Miguel Henrique. En 1998, Hugo Chávez, líder del fallido intento de golpe de Estado de 1992, fue electo presidente de Venezuela. Cosas de las dictaduras disfrazadas de democracia, las presiones del gobierno de Chávez hicieron que a finales de 2000 tuviera que abandonar el periodismo para siempre.

Años más tarde, como muchos millones de venezolanos, decidí emigrar y venir a vivir en Estados Unidos para escapar de ese régimen de oprobio. Tristemente, el 14 de diciembre de 2018 se imprimió la última edición de El Nacional. El cianuro del comunismo había hecho efecto.

El lado oscuro de Neruda

Aun así, en 2010 decidí publicar la oda que es objeto de este post. Ocho años más tarde, en 2018, me enteré del triste escándalo de la hija con hidrocefalia de Neruda, que tuvo con su primera esposa María Antonia “Maryka” Hagenaar, y a quien muy a pesar de su condición, Neruda abandonó. O dicho de una forma más clara: a quien por su condición de hidrocefalia, Neruda repudió.

Despreciable. Ahí se me acabó Neruda para siempre. Comunista no es gente, pensé. El escándalo de Malva Marina, la única hija del poeta chileno a quien la Academia Sueca confiriera el Premio Nobel de Literatura en 1971, está documentado en la Novela Malva de la escritora neerlandesa Hagar Peeters.

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Oda al tomate, por Pablo Neruda

Si después de haber leído lo anterior, todavía quieres leer la Oda al tomate, la transcribo a continuación.

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