Más bizarra y oscura, que las cuatro anteriores, el último episodio de la saga Piratas del Caribe, de Disney Studios, Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales, es una película fantástica, con todo lo que se espera de un buen film: un elenco de primera, unos escenarios y efectos especiales increíbles, acción, drama, suspenso, comedia, romance y un final que te dejará pensando.
La vi el lunes pasado en una función privada y más abajo te doy siete razones por las que no puedes dejar de verla. Estrena este viernes 26 de mayo en todo el país y no tengo duda de que será otro éxito de taquilla para Disney.
- La escena que da comienzo a esta nueva Piratas del Caribe, en la que aparece de entre los muertos, luego de 25 años condenado a vivir bajo las aguas, el feroz capitán Salazar, “El matador del mar”, magistralmente interpretado por el actorazo español Javier Bardem. Tanto esa escena, como la actuación de Bardem ya, de suyo, pagan el ticket.
- Johnny Depp, quien está mejor que nunca en su papel del capitán Jack Sparrow, que el mismo confiesa tiene algo de Buster Keaton y Charles Chaplin, y por lo mismo te hace reír y te enternece al mismo tiempo. Creo que Jack Sparrow es el único borracho en el mundo que me cae bien y como decimos los venezolanos: no hay quinto malo.
- El guión, impecable, de Jeff Nathanson, el mismo guionista de Agárrame si puedes (Catch Me If You Can), La terminal (The Terminal) e Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (Indiana Jones and The Kingdom of the Crystal Skull). Piratas del Caribe es una historia narrada echando mano de cuatro géneros cinematográficos: acción, suspenso, romance y comedia, que te mantendrá pegado al asiento de principio a fin.
- La escena del robo de la caja fuerte del banco de St. Martin, aunque un poco larga, parece sacada de una novela de Gabriel García-Márquez por lo surrealista y además te da una idea de cuán mala es la fortuna del capitán Sparrow que tiene que robar un banco ¡en tierra! para sobrevivir.
- Carina, interpretada por la actriz británica Kaya Scodelario, la hija del capitán Barbossa (Geoffrey Rush), a quien en pleno siglo xviii la confunden con una hechicera porque es una mujer cultísima: astrónoma y matemática, por demás. Este personaje es un tributo a la inteligencia e independencia femenina, en la misma onda de Alicia a través del espejo.
- Esa leyenda viviente que es Sir Paul McCartney, haciendo de bucanero encarcelado en una mazmorra en St. Martin: más de lo que cualquier fan de Sir Paul haya podido esperar.
- Orlando Bloom, por quinta vez en el papel de Will Turner, y quien, como los buenos vinos, mejora con el paso del tiempo.
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