Pon el agua para la pasta a hervir con un poco de sal.
Añade unas gotas del aceite de oliva en una sartén a fuego medio y saltea los ajos hasta que se doren un poco, 2-3 minutos. Reserva.
En la misma sartén, cocina las nueces hasta que estén fragantes, 2-3 minutos.
Mientras tanto, cocina la pasta. Una vez al dente, cuela la pasta y detén la cocción dejando correr un poco de agua fría. Escurre bien.
En un procesador de alimentos, procesa la rúcula, nueces, ajo, y sal al gusto.
Mientras el procesador está encendido ve agregando aceite de oliva para que se emulsione.
Vierte el pesto en un bol, añade el queso y mezcla bien.
Es posible que necesites añadir un poco más aceite de oliva.