Procesa la mitad de las guayabas con la mitad del agua en el vaso de una licuadora, hasta que se forme un puré uniforme. Pon el puré en una olla.
Repite con el resto de las guayabas.
Agrega el azúcar y cocina a fuego medio por 2 horas, revolviendo constantemente con cuchara de madera, hasta que comiencen a salir burbujas grandes y espesas.
Retira del fuero y cuela.
Descarta las semillas.
Transfiere la mermelada a frascos de 6 onzas esterilizados, y asegúrate de que quede media pulgada (poco más de un centímetro), en la boca del frasco y de que esta esté perfectamente limpia (cualquier partícula puede interferir con el proceso de sellado). Al tapar los frascos, primero se pone la tapa y luego el aro de rosca.
Llena con agua hasta la mitad la olla donde se van a procesar los frascos. Coloca los frascos en la rejilla especialmente diseñada para ello. Los frascos deben estar cubiertos con por lo menos una pulgada (2,5 cms) de agua.
Tapa la olla y ponla a fuego medio hasta que hierva.
Hierve por 20 minutos.
Retira los frascos de la olla y colócalos sobre una toalla de cocina. Déjalos reposar hasta que se enfríen completamente.
Las tapas han de hacer un sonido “pop-up” y se verán verse un poquito cóncavas en el medio. Eso quiere decir que se hizo el vacío y los frascos están sellados. Si alguna tapa no suena y no se ve cóncava, habrá que volver a procesar el frasco o guardarlo refrigerado y consumir su contenido en los próximos días.
Los frascos de mermelada sellados al vacío deben guardarse al resguardo de la luz hasta por un año.
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