En un tazón pequeño, disuelve el azúcar en el agua.
Añade la levadura y deje reposar hasta que esté espumoso, unos 15 minutos.
En el tazón de una batidora de pie o de un procesador de alimentos, utilizando la hoja de amasar, amasa la harina con la mezcla de agua, azúcar y levadura y añade el aceite de oliva.
Procesa hasta que la masa se convierte en una bola, alrededor de 1,5 minutos.
Pon la masa en un tazón previamente engrasado.
Cubre con una toalla de cocina húmeda.
Deja la masa reposar hasta que doble su tamaño, por lo menos 25 minutos.
Divide la masa en 2 porciones y extiende en una superficie enharinada con la ayuda de un rodillo.