Agrega los ingredientes secos: harina, arándanos secos, nueces, levadura y sal en un tazón grande y revuelve hasta que estén bien combinados.
En una taza medidora agrega la miel y completa con el agua tibia. La idea es todos los líquidos sumen 2 tazas.
Agrega la mezcla de agua y miel al bol con la mezcla de harina. Con un batidor de masa danés, revuelve hasta incorporar todos los ingredientes. Con ayuda de una espátula de goma, lleva la masa desde los lados del bol hacia el centro.
Una vez que tengas una masa pegajosa, no caigas en la tentación de agregar más harina: quieres una masa húmeda.
Cubre el recipiente con film transparente y deja que la masa leve en un lugar cálido (la encimera de tu cocina estará bien) durante 12 a 18 horas.
Después de esta primera levada, la masa debe haber duplicado su tamaño y tener abubndantes burbujas de aire.
Enharina ligeramente tus manos, voltea la masa sobre una superficie también enharinada y dale forma de pan rústico. No tengas miedo: no buscas una bola de masa perfecta sino un pan artesanal hermosamente rústico.
Pon la masa sobre un trozo grande de papel pergamino.
Pon el papel pergamino con la masa en un bol para que la masa mantenga su forma.
Espolvorea la parte superior de la masa con harina. Con un cuchillo afilado, haz dos cortes para formar una cruz. Deja reposar la masa durante 30 minutos. Esto es lo que llamamos el segundo levado.
Precaliente el horno y una olla de hierro fundido con tapa a 450 grados , por 30 minutos. Si estás utilizando una olla esmaltada, la temperatura debe ser de 475 grados F.
Abra el horno y retire con cuidado la tapa de la olla de hierro fundido. Cuidadosamente, pon el papel pergamino con la masa dentro de la olla caliente. Cubre con la tapa y hornea por 25 minutos.
Aumente el calor a 475F. Destape la olla y hornee por 12 minutos más, hasta que la costra del pan esté dorada.
Saca la olla caliente del horno y espere 5 minutos antes de sacar el pan de la olla.
Deje que el pan se enfríe durante al menos 15 minutos antes de cortarlo.