Sculptra: el secreto de la eterna juventud, llega a ti gracias a Sculptra Aesthetic. Gracias por apoyar las marcas que hacen posible este blog.
Tengo 56 años y nunca me quité la edad, entre otras cosas porque nunca nadie me creyó cuando la decía. Mi primera cana me salió a los 43 y hasta los 53 pude darme el lujo de andar con la cara lavada y sin maquillaje: un poquito de máscara en las pestañas y brillo en los labios era todo lo que necesitaba.
En mi caso, creo, parecer más joven tiene que ver con: estar en paz conmigo misma y haber aprendido a enfrentar con actitud positiva hasta la peor de las vicisitudes; la coquetería que hace que me guste arreglarme a toda hora; y el hecho de haber tenido a mis hijos después de los 40, lo que me ha obligado a mantenerme súper activa y a ver la vida desde una perspectiva más joven que mi edad cronológica.
Pero el paso del tiempo es inexorable. Y ni las lociones hidratantes ni el maquillaje pueden esconder los signos del envejecimiento externo: las arrugas y pliegues en la piel que va perdiendo elasticidad y lozanía como consecuencia de la disminución en la producción de colágeno que ocurre, naturalmente, con los años.
Por pura y simple coquetería siempre he estado abierta a tratamientos que me hagan lucir mejor: no le tengo miedo al Botox ni a la cirugía plástica. Por lo mismo decidí explorar Sculptra Aesthetic, un tratamiento que se inyecta en la dermis, estimula la producción natural de colágeno y contribuye a restaurar el volumen de la estructura interna de la piel, de forma gradual, lo que te hace lucir más joven.
Porque no pienso quitarme la edad ni quiero parecer lo que no soy, sino una mujer de 56 años bien cuidada, pedí mi cita en Mayoral Dermatology, en Coral Gables, para asesorarme con la Dra. Flor Mayoral, una reconocida dermatóloga a quien tuve el gusto de conocer en una presentación de Sculptra Aesthetic hace unos meses aquí en Miami.
En el mismo encuentro, estaban dos jovencitas explicando en qué consistía el tratamiento que prolonga la juventud. No entendía por qué escogieron a dos muchachitas para hablar de productos anti-envejecimiento.
Luego comprendí que las dos son médicas y dermatólogas como su mamá. Son las doctoras Janelle Vega y Adriene Pompa. Y si parecen muchísimo más jóvenes de lo que son, es porque han puesto la ciencia y la tecnología a su servicio para prevenir y retardar la aparición de los signos del envejecimiento.

Así que resuelta como estaba a ponerme en manos de la Dra. Mayoral, llegué a su clínica. Ya habíamos acordado que era la perfecta candidata para Sculptra. Así que sin gota de maquillaje, me sometí al lente del fotógrafo y luego pasé al cubículo donde ocurriría la magia.
Luego de aplicarme una loción anestésica en pómulos y mejillas, me inyectó con sus manos de seda, Sculptra Aesthetic, y comenzó a, literalmente, esculpir las áreas tratadas. No vi las agujas y tampoco sentí ningún dolor, si acaso la presión de sus dedos en la áreas donde iba modelando.
El procedimiento duró media hora. Salí de la clínica con la cara lavada y sin marca alguna de nada. Si acaso un poco inflamada. Durante cinco días tuve que masajearme cinco veces durante cinco minutos el área tratada. Eso fue todo.
A diferencia de los “rellenos” con ácido hialurónico, Sculptra es un tratamiento a base de ácido poli-L-láctico, que una vez que se inyecta y es absorbido por la piel, promueve la producción natural de colágeno y crea un marco que ayuda a restaurar, gradualmente, el volumen facial.
Sí, ya sé que suena a mucha ciencia médica. Por eso te cuento como me sentí y me sigo sintiendo: pasada la inflamación inicial, y aunque podía maquillarme, me pasé como una semana con la cara lavada disfrutando de mi nuevo look: fue como si me hubiesen quitado sombras y suavizado pliegues. Fue todo tan sutil, que aunque para mí misma era difícil notar la diferencia, la diferencia estaba (y sigue estando) allí.
Según los estudios médicos, con la aplicación de Sculptra en tres sesiones en un espacio de tres o cuatro meses, se logra ese “no se qué” rejuvenecedor sin cirugía y mínimamente invasivo, cuyo efecto perdura por dos años.
En mi caso, ya han pasado varias semanas y me siento como si tuviera un “aura” que me hace lucir más joven, un “no se qué” que ni yo misma puedo describir, pero que ,si tuviera que explicar gráficamente, diría que es como si me hubieran aplicado un air brush anti edad con photoshop.
Y toda esta maravilla es sólo con una primera sesión. La Dra. Mayoral recomienda al menos dos más así que estoy próxima a pedir mi segunda cita.
¿Ves por qué digo que la vida es bella?