



Y la verdad es que conmigo no era. Aunque nunca entendí el desespero (por salir corriendo, como alma que lleva el diablo, de la mesa), decidí que era un tema de costumbres con el que no estaba dispuesta a lidiar (siempre he sido práctica a la hora de escoger las peleas que me voy cazar).
Mira este video que preparé con muchísimo cariño y que es el primer video que hago y edito sola, para beneplácito de mi hijo Tomás Eugenio (12) quien es mi editor favorito y asesor en materia audiovisual: