Quínoa. No uno, sino dos tipos de quínoa. Quínoa roja y quínoa blanca. Esta quínoa con manzana, arándanos secos y almendras es lo más versátil que me he comido últimamente.
Para que las manzanas queden enteritas, se las pongo casi al final junto con la ralladura de la piel de una naranja, que le da un perfume y gusto particular.
Te cuento que la preparé por primera vez para la cena de Acción de Gracias en sustitución del relleno del pavo (que por cierto no rellené), y todos quedaron encantados.
1 taza de quínoa roja
1 taza de quínoa blanca
1 cucharada de aceite de coco
1 taza de tallos de apio picadito
1 taza de arándanos secos
3 ½ tazas de agua
1 ramita de canela
2 hojas de laurel
2 manzanas verdes peladas, deshuesadas y cortadas en daditos
La ralladura de la piel de una naranja
Sal marina gruesa
1 taza de almendras fileteadas tostadas
Preparación
En un sartén a fuego medio, pon a tostar las quínoas revolviendo ocasionalmente, unos 3-4 minutos. Pon las quínoas en un colador y enjuaga con abundante agua corriente. Escurre.
En el mismo sartén, pon a tostar las almendras, revolviendo ocasionalmente, unos 3-4 minutos hasta que esté fragantes. Retira del calor y reserva.
En el mismo sartén a fuego medio pon a calentar el aceite de coco y saltea el apio de 1 a 2 minutos. Agrega la quínoa y revuelve. Agrega los arándanos secos, la canela y las hojas de laurel.
Agrega el agua y cocina a fuego medio-bajo hasta que dos tercios del líquido hayan mermado. Agrega la manzana y la sal y revuelve. Agrega la ralladura de piel de naranja y revuelve.
Tapa y cocina hasta que la quínoa este en su punto: cocida pero crujiente. Agrega las almendras y revuelve.
Esta quínoa se puede comer caliente, tibia e incluso fría.
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