Si te gustan las chuletas de cerdo (me pregunto ¿y a quién no?), te cuento que esta receta de chuletas deshuesadas con glaseado de guayaba y chipotle, es de #porknostico reservado.
Desde el momento en que puse las chuletas, simplemente sazonadas con sal y pimienta, en mi sartén al grill (quería que le quedaran las marquitas para que se vieran aún más apetitosas), los varones de esta casa empezaron a preguntar ¿cuánto falta?
Y es que no hay nada como el olor de la carne de cerdo mientras la estás cocinando.
Después de haber cumplido mi objetivo de marcar mis chuletas, y mientras me disponía a barnizarlas con un glaseado que preparé con mermelada de guayaba y salsa de chipotle, Andrés Ignacio me dijo que por cuánto tiempo duraría la tortura a la que estaba siendo sometido.
La tortura duraría unos minutos más, mientras ponía mis chuletas en el horno para que el glaseado se les adhiriera.
Andrés es un adolescente de 13 años. Es miembro del equipo de basquetbol de su colegio y del travel team de nuestra ciudad. Tiene hambre a toda hora. Puede desayunar lasaña o albóndigas, si se las sirves. Y es un carnívoro consumado.
Desde pequeñito, le encanta experimentar con sabores diferentes y ahora además se preocupa por lo que come. Con ese apetito, los cortes magros y extra magros de cerdo, son una solución perfecta: no sólo son deliciosos y versátiles, son saludables, bajos en grasa y económicos en comparación con otras proteínas de origen animal.
Mi #porknostico fue que estas chuletas desaparecerían y así fue: como si un tornado de sabor hubiera pasado por mi casa ¡no quedó nada!
¡Espero que te guste mi receta!
