Días a atrás, cuando cosechamos los brócolis para hacer mi crema de brócoli, resolví dejar las matas sembradas en los cajones y seguí regándolas para ver qué pasaba.
Y adivinen qué: nos dieron pequeñas «flores», similares a las que cosechamos hace hoy exactamente un año. Hoy las corté no sólo porque estaban a punto de abrir, sino porque nos estaba haciendo falta el cajón para empezar nuestra huerta de tomates. Hice la misma ensalada de pasta para el almuerzo que publiqué aquí tal día como hoy en 2011.
Sólo que esta vez recurrí a un salami que tenía en la nevera y en lugar de servir la pasta como una ensalada fría y plato único, la serví tibia y precedida por una deliciosa ensalada de lechuga con queso azul y asunto resuelto.
Este almuerzo, el primero de este año en el patio que ya está inundado de jazmines (y todavía la primavera no ha llegado oficialmente), estuvo sabrosísimo. Prometo publicar la ensalada con queso azul antes de que mis lechugas romanas pasen a mejor vida.
La vida es bella.
Para imprimir la receta de la ensalada de pasta casarecce y brócoli, haz clic aquí.